Debemos tener presente, entonces, que los estrategas del neoliberalismo se han propuesto relegar al olvido la propuesta de Reforma Educativa que nace desde la letra y el espíritu de los Acuerdos de Paz y que fuera enriquecida tras dos vastos procesos nacionales de diálogo y de consulta. La han venido sustituyendo, con gran habilidad, por su propia propuesta de Contrarreforma neoliberal, la cual poco a poco han ido imponiendo, incluso como único marco de referencia para el debate sobre el tema educativo.
Conviene, por lo tanto, recordar algunos de los componentes básicos que dan cuerpo y forma a la verdadera Reforma Educativa, por cuanto nada, en absoluto, justifica que nos desprendamos de ellos y que, en su lugar, asumamos como ejes de la teoría y la práctica las propuestas pedagógicas de contenidos neoliberales a las que da impulso el Ministerio.
Entre estos destacan:
1.- Transformación curricular: Uno de los pilares de la Reforma Educativa reside en la transformación curricular, entendida como proceso para que en el país se cuente con un modelo educativo pertinente en todos los ámbitos que dan forma a la vida ciudadana. Transformación curricular concebida en un triple plano: Macro, meso y microcurricular, articulados los tres en una propuesta firmemente enraizada en la realidad nacional, regional y local. Un nuevo currículo que permita contribuir a la forja de ciudadanos y ciudadanas conscientes y, por ende, responsables de su entorno, de su sociedad y de su mundo, sabedores de sus derechos y deberes, dueños de capacidades críticas y propositivas.
2.- Formación de los docentes en servicio: Entendido esto como el desarrollo, desde el Estado, de un proceso formativo que dote a los y las docentes en servicio de nuevas capacidades que les permitan aplicar la transformación curricular y darle vida a un nuevo proceso de enseñanza-aprendizaje. Nuevos maestros y maestras facultados para entender, promover y defender cada uno de los componentes de la auténtica Reforma Educativa. Implica el llevar adelante un proceso formativo que le permita al maestro y a la maestra rescatar, por sus aportes, ese liderazgo comunitario que lo caracterizaba a lo largo de décadas anteriores. Un proceso que conducirá a la generación de docentes conocedores y comprometidos con la transformación positiva de esa realidad propia del ámbito en donde ejercen su vocación docente y del país en su conjunto.
3.- Reforma al pensum de las Escuelas Normales: Esto también concebido de manera que los nuevos docentes se formen, ya desde sus aulas de estudio, en la letra y en el espíritu de la Reforma Educativa, de manera que, al momento de iniciar con el ejercicio de la docencia, sean dueños o dueñas de las habilidades, de las destrezas, de los valores y de los conceptos pedagógicos que los faculten debidamente para impulsar la Reforma Educativa. Si se desarrolla un proceso innovador en el campo educativo, las nuevas generaciones de maestros y maestras no pueden ni deben seguir siendo formados en las prácticas anteriores.
4.- Sistema de Consejos de Educación: Este sistema, concebido como un espacio para la participación real de la Comunidad Educativa tanto en la formulación de políticas como en la fiscalización del quehacer del Ministerio, contempla una pirámide de varios niveles, que van desde lo nacional hasta el aula. Se parte del hecho cierto de que, en cada localidad, los actores son particulares y distintos, como lo es la problemática que en cada lugar se enfrenta. Y esta propuesta, de espíritu profundamente democrático, busca que la voz del pueblo sea parte del ámbito en donde se toman las decisiones.
5.- Descentralización: Entendido como proceso destinado a fortalecer las expresiones locales del Ministerio de Educación, desde la dirección de cada escuela o instituto, hasta las Direcciones Departamentales, fortaleciéndolas logística y presupuestariamente, a efectos de que puedan responder de manera eficiente y oportuna a las necesidades locales. La descentralización se concibe como válida en la medida en que se dé dentro de la propia institución, fortaleciéndola y permitiéndole, así, responder de mejor manera a sus obligaciones para con la población.
6.- Plan Nacional de Educación: Este componente implica la formulación y puesta en marcha de un Plan Nacional integral, que asuma como guías rectoras los contenidos concretos expresados en la Reforma Educativa. Los resultados emanados de los dos procesos de diálogos y consensos, así como el Diseño de la Reforma Educativa, deberían ser los principales insumos de los que se nutriría este Plan Nacional de Educación.
Naturalmente, la Reforma Educativa que brota desde los Acuerdos de Paz tiene más componentes, a los que habrá también que referirse. Por lo pronto, en este artículo abordaremos esos seis, por cuanto han sido, uno tras otro, flagrantemente violentados y sustituidos por otros que, en la práctica y en la teoría, los niegan.
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